Con viola, violín y guitarra un veinticinco de abril
Entre el discurrir del Río Sorbe y la sombra hermosa de Los Olmos se ha creado un ambiente tan armónico y bello que los rostros de todos los presentes se han encendido con una sonrisa de agradecimiento tal que no nos ha quedado otra que decir: volveremos.
Muchas gracias a la directora de Los Olmos y trabajadores de la residencia por su hospitalidad.
Muchas gracias a Irene, Luis y Pepe por llenarnos de alegría con cada nota.
Muchas gracias a Ana, Dori, Mari Tere, Piedad y Rafa por vuestra voluntariedad y entusiasmo.